jueves, septiembre 23, 2021

Enrique en el recuerdo

 


La ausencia de los imprescindibles es un trago difícil de digerir. A Enrique lo conocí en 2012 gracias a Café Cultura Nación, el programa de cultura, que en ese entonces se realizaba desde nación hacia las distintas provincias. Ese año en Jujuy se celebraba el Bicentenario del Éxodo Jujeño y estaba por entonces en la cultura municipal. Nos habían dado la oportunidad de tres encuentros, dos con historiadores y uno con un artesano. El artesano y Enrique se quedaron a dormir en el pueblo, en Caimancito, a cien kilómetros de la Ciudad de San Salvador de Jujuy en la pequeña hostería Cris que Enrique agradeció tanto, Cristinista de cuna llevaba en su billetera una foto de la jefa.

Cuando llegue a Buenos Aires en 2013 fue el primero en ofrecerme trabajo, y ahí me fui a la Biblioteca José María Rosa donde se atesoraba la otra historia, la historia revisionista, la historia del pueblo contada desde otro lugar. No era la historia de los grandes próceres, sino de los hombres del pueblo, que no fueron fundidos en bronce. El Dorrego fue una experiencia, una aventura intelectual y militante, por supuesto el primer lugar que cerro el macrismo al ingresar a cultura, pero esa es otra parte de la historia. Enrique fue famoso profesor entre colegas y alumnos, tenía cientos de miles, donde andaba y caminaba por la calle aparecía un ex alumno, también fue funcionario y a veces lo criticaron por eso, pero supo renunciar a los honores cuando los carriles políticos del menemismo empezaron a mostrar sus verdaderas intenciones. Escribió las biografías de Fermín Chávez y de José María Rosa, Admiraba tanto a estos historiadores que no había día que no citara algunos de sus célebres conceptos sobre las dos historias en argentina: la mitrista y liberal y la historia del pueblo escrita por José María Rosa. 

Estuvimos juntos en la embajada cubana en un homenaje a José Martí, Martí falleció un 19 de mayo, Enrique también, en la historia las casualidades no existen, existen los hechos.

Los libros  de Manson circulan entre militantes y compañeros, también en bibliotecas docentes de todo el país; entre ellos: José María Rosa. El historiador del pueblo,  Argentina en el mundo del siglo XX,  El Proceso a los argentinos,  Tras su manto de Neblinas donde manifiesta su militancia por la causa Malvinas y su interés en detallar históricamente la perspectiva peronista del tema, Fermín Chávez y su tiempo, Te la hago Corta una breve obra donde concentraba resumidamente la historia argentina con el objetivo de llegar a más lectores y hacer accesible y amable la historia Argentina.

Su admiración por la figura de Evita hizo que escribiera numerosos artículos sobre ella, entre ellos La muchacha de los Toldos, su militancia no fue solo teórica, ayudo y colaboro con trabajadorxs precarizados en distintos momentos de su vida y de forma discreta, sin alardes de su solidaridad.  Sus textos no son una mera retórica, por ello se suman fervorosas despedidas por los medios digitales, las palabras se repiten para describirlo: generoso, militante, comprometido, solidario. Siempre enseñando, siempre presente: Enrique Manson heredero de Fermín Chávez y José María Rosa, no es un adiós es hasta siempre.

 

Enrique en el recuerdo

  La ausencia de los imprescindibles es un trago difícil de digerir. A Enrique lo conocí en 2012 gracias a Café Cultura Nación, el progr...