Isla Blanca y Herbario son dos propuestas teatrales que se presentarán en el Museo Sivorí el 10 y 11 de Octubre respectivamente. Para la presentación de Isla Blanca se contó con la colaboración del Artista Jorge Gonzalez Perrín que dono una serie de dibujos para la venta, y así costear los datos de traslado. Este sistema de colaboración vio agotada las obras en 4 días, superando así las expectativas de los organizadores. A continuación un detalle de las presentaciones que se realizaran en el Museo Sivorí, espectáculos totalmente a la gorra.
HERBARIO (TEATRO)
VIERNES 10 DE OCTUBRE, 18 HS., MUSEO DE ARTES PLÁSTICAS EDUARDO
SÍVORI, (SUM, 1er piso), INFANTA ISABEL 555, CABA.
Sinopsis:
Herbario nació de las conjunciones del amor, del encuentro -jamás casual- de miradas a
través de años y geografías.
La lectura de unos poemas de Laura Forchetti escritos para conversar con poetas
cercanas a pesar de la distancia –Dickinson, Plath, Villariño, Storni, entre otras- y el
recorrido de una muestra plástica de Balbina Lightowler enfocada en la costa bonaerense
de Villa Gessell –el mismo paisaje donde los poemas habían sido escritos- constituyeron
la visión primera de un universo que se alineaba en su movimiento de concentración y
fuga.
Los poemas se reunían alrededor de una mujer disponiendo pétalos entre las hojas de un
libro; ese gesto repetía a otra mujer construyendo un herbario –hojas y flores/de su
jardín/o silvestres/de los alrededores-vestida de blanco hace ciento cincuenta años.
Las cuentas se enhebraban en un hilo de plata.
Si los versos recorrían el mundo natural, el hambre de las flores, su brillante sexualidad,
su convivencia en el mundo humano y los pequeños animales con sus oficios de
mensajeros, de médiums, de acompañantes en viajes inesperados, las pinturas
mostraban –en juego de espejos- el bosque junto al mar, alumbrado de a ratos por la luz
del faro –descubrimiento y escondida.
Y en el centro de todo, una mujer que miraba y disponía su mano a la poesía.
Por el lado del teatro, veníamos haciendo un trabajo de investigación y experimentación a
partir de textos poéticos centrados en la escritura femenina: lenguaje, diferencia, poder,
cuerpo, locura y amor.
La conjunción inicial se completó con otros destellos que daban en el mismo centro:
poemas de Roberta Iannamico, de la misma Dickinson, pinturas de Rantica, Senderowicz,
Fraschina, Desimone, Balquinta y González Perrín y la música venida con su misterio:
Debussy, Schumann, Ginastera, El clavel del aire blanco de Guastavino.
Un mundo empezó a componerse ante nuestros ojos, centrado en la imagen de una mujer
escribiendo versos, en la mano de esa mujer, en el interior donde se mueve esa mano.
Y aparecieron entonces los objetos que acompañan ese interior: bordados, hilos, tijeras,
libros, el chal, el atril, el piano, el herbario. Objetos que tomaban la mano de la mujer y la
llevaban sobre el mundo -la mano que escribe, la que muereSobre
ese interior se abre, como una ventana, el mundo natural, presente a través de la
proyección de las pinturas y collages con sus colores intensos y sus detalles precisos.
Interior, ventana y una mujer de blanco con los ojos abiertos, anotando Belleza y Verdad.
La confección de un Herbario –“será como un tesoro para ti”, escribía Emily Dickinson en
una carta a su amiga Abiah aconsejándole que hiciera un herbario- es un juego contra la
muerte. Un herbario es una trampa al tiempo, un intento de quietud y eternidad, el
máximo esplendor de los pétalos, atrapado. Pero trampa de niñas tal vez, inocencia.
Danza entre las flores.
La poeta es por momentos una niña asombrada que inventa juegos para probar la materia
del mundo: lápices de colores, manojos de llaves, latitas con perfume, una lupa, los
insectos que repiten su nombre y se santiguan. O se anuda el pelo con una gitana, la
mano extendida para alguna revelación, como la luz del faro que nos descubre.
Homenaje a Emily Dickinson y a las mujeres poetas que enhebran cuentas en el hilo
plateado a través de los siglos, las lenguas, los escenarios.
Los poemas se vuelven cartas sobre el silencio.
Escribir, como hacer una colección de hojas y flores, para que no se pierdan Belleza y
Verdad.
El herbario habita en el corazón.
LAURA FORCHETTI.
Reseña:
Entre el teatro y la danza, una escenografía depojadísima permite seguir los puros movimientos .
Al fondo vertiginoosas imágenes de pinturas, colores inefables, mundo de sueños, la música
hipnótica, la voz que recita poemas, que una y otra vez, nos llevan a los jardines, a nuestros
secretos lugares sin tiempo, a la semilla, a la noche, al sol entre los tallos. Se nota esa mano, la
presencia de la lejana Isla Blanca, recóndito refugio. Casi onírica, la canción final, la de la Gran
Madre que te abraza sin preguntas, que lo perdona todo, que te comprende. Silenciosos, los
espectadores nos vamos de viaje, invitados al Herbario, hacia las nostálgicas circunstancias que ya
estaban en nuestros corazones, sólo a contemplar, a oír los silencios entre palabra y palabra, el
susurro entre flor y flor.
SERGIO SANMARTINO.
HERBARIO (teatro)
FICHA TÉCNICA:
Actrices: Karla Castillo/María Celia Paniagua.
Poemas: Laura Forchetti/Roberta Iannamico/Emily Dickinson.
Pinturas: Lightowler/Rantica/Senderowicz/Fraschina/Desimone/Balquinta/González Perrin.
Música: Debussy/Schumann/Ginastera/Guastavino.
Realización: María Celia Paniagua.
Diseño Gráfico: Juan Luis Sabattini.
100x100 -Te beneficias colaborando
Actualizado el lunes
El 10 y 11 de Octubre se presentará en el Museo Sivori Maria Celia Paniagua ,actriz
bahiense 100 x 100 rosarina, con dos espectáculos :Isla Blanca y Herbario ,dos espectáculos fuera de serie.
Estos dibujos de mi autoria se ofrecen a muy bajo costo(al alcance de cualquiera) y ayudarán a solventar esta movida .
La oportunidad durará 2 semanas.
-Contactate, reserva alguno y coordinamos la entrega a herbario100x100@gmail.com
Son 100 dibujos originales de 10 x 15 cm realizados en el 2014
ISLA BLANCA (teatro)
SÁBADO 11 DE OCTUBRE, 18 HS., MUSEO DE ARTES PLÁSTICAS EDUARDO
SÍVORI, Sala “A”, AVDA. INFANTA ISABEL 555, CABA.
Sinopsis
Una minúscula porción de roca y arena blanca, completamente rodeada de agua, es
espacio suficiente para emprender un viaje. La travesía para descubrir un territorio
interior. Unidad y solitud en la isla donde caben los temas de la poesía de Hilda
Doolittle.
María Celia elige los hilos, los enhebra, borda el recorrido insular. Cada estación es un
hito en la palabra; cada objeto, el punto en donde confluyen biografía y creación.
Los poemas se viven en una atmósfera de luces y sombras, de crujir de telas, de
sonoridad de perlas, de figuras hieráticas. Conmovedora intensidad.
Cuerpo y voz para la voz que Hilda dio a las calladas mujeres de la mitología, mudas
por haber sido los hombres los que contaron sus historias. Leda hablándole al cisne;
Helena en Egipto renegando de su destino de mujer bella. Safo en Euboia; Hilda en su
tributo a Freud, los poemas de Pound, primer amor y mentor de sus primeros versos.
La naturaleza y las palabras precisas para perpetuarla en imágenes puras. Mitos.
Visiones. La destrucción y las ruinas. Lo espiritual, lo sagrado, el éxtasis. La fidelidad a
la esencia femenina. Su rescate. La construcción de una vida. Todo esto es Isla Blanca.
Y más.
MÓNICA ORTELLI.
Reseña:
La travesía por la que nos conduce María Celia Paniagua es insular. Nos conduce por
una o muchas -¿Quién lo sabe?- islas blancas, de arenas muy finas, frágiles caracolasr
aires que se transparentan.
No podría decir que hay un recorrido literal de palabras, sino un despliegue de múltiples
sentidos, deslices, amalgamas. Las palabras enhebran senderos diversos, que se
escabullen entre objetos y esos objetos también hablan. Los objetos abandonan su
trivialidad para decir lo suyo y las ambigüedades serpentean entre el tiempo no lineal.
Tiempo que no nos mira desde las agujas de un reloj, sino desde la suave textura de las
hojas o de las plumas gastadas de un cisne blanco.
María Celia, con el cuerpo etéreo y macizo. Siempre grácil. Siempre bello. No hay
centimetro de su piel que no exprese, no murmulle, no cante. Va mutando entre mujeres
desasosegadas, atentas, que sienten ser árbol en el bosque, ser luna en el ocaso, ser
náufragas en el mar.
Un trabajo profundo, penetrante en la sensibilidad, y en los lenguajes emotivos. Ella ha
elegido cada gesto, cada texto, cada movimiento, cada objeto con precioso cuidado. Esa
delicadeza, esa pasión por encontrar símbolos y significados, nos la entrega a los
espectadores. Es un ritual de pasaje, nos convoca a reencontrar la belleza, que ella ha
sabido descifrar.
Nos ofrece las enaguas translúcidas que los textos supieron decir, musitar, silenciar. Un
acto poético desde inicio al fin del itinerario.
MÓNICA OLIVER.
La conmoción que provocó el primer contacto con la poesía de H.D., esa sigla como
firma, la belleza de los versos “¿Qué son las islas para mí/ si yo te pierdo?”, iniciaron la
investigación hacia la construcción de lo que es el espectáculo ISLA BLANCA:
material que se constituye, finalmente, más como ceremonia que como espectáculo.
El corpus, secuencia de textos poéticos, dan coherencia dramática a la puesta en escena
de la transformación de una mujer, la reconstrucción de una identidad femenina y su
celebración.
Comunicar desde el lirismo y el discurso la columna vertebral del texto que es un largo
fragmento del poema EL MAESTRO, abre desde el tributo amoroso un debate: LA
MUJER ES PERFECTA. La resonancia de esas palabras cada vez, en la actriz y lxs
espectadorxs, las mujeres, destinatarias naturales de ISLA y los varones, van
construyendo desde la experiencia estética una elaboración reflexiva.
ISLA BLANCA pretende transmitir con lealtad el imaginario de la gran poeta
norteamericana Hilda Doolittle diciendo los poemas en argentino, desde las
traducciones de las poetas Mirta Rosenberg, Diana Bellesi y María Negroni. Estas
versiones fueron únicas durante casi 30 años (incluidas las de Girri) hasta que llegaron
las traducciones españolas, en este caso, las de Natalia Carbajosa. Lengua argentina
para una pasión argentina: el psicoanálisis. TRIBUTO A FREUD es uno de los pocos
diarios de análisis con que cuenta el estudio del psicoanálisis. De allí que la poeta sea
más reconocida en ese ámbito y en el de los feminismos que en el de las letras.
Las esculturas del maestro Perrin, los otros actores. Desde el inicio mencionadas en el
poema de Goethe, presentes en tantos collages fotográficos creados por H.D. y en tantos
de sus poemas; ella misma, finalmente, “una muchacha tan alta”, una escultura.
La fotografía, pasión de H.D. testimoniando la Historia, lo que fue, y lo que es, en la
presencia de los espectadorxs.
Grecia, sus mitos, su lengua: Safo. Y el homenaje a las poetas que ganaron el espacio de
la traducción de Safo a partir de finales del S XIX: Renée Vivien (presente en su canto a
“Venezia”) y la misma H.D., entre otras muchas.
La conversación poética con Pound, con D.H.Lawrence; los versos de Goethe
compartidos en alemán (la lengua de la madre de Hilda) con Freud. Un verso de
Swinburne al recordar su relación personal con Pound. La música formando parte de las
palabras que resuenan en alemán, inglés, francés, griego.
El mito de Helena en Egipto: la túnica vacía en Troya mientras la Helena real hace su
apología en Egipto, en Leuké, la Isla Blanca. Cualquier mujer puede ponerle el cuerpo a
esa túnica, y ser Helena.
MARÍA CELIA PANIAGUA, actriz y realizadora.
ISLA BLANCA (TEATRO)
FICHA TÉCNICA:
Actriz y Realizadora: María Celia Paniagua.
Esculturas: Jorge González Perrin.
Poemas: H.D. (Hilda Doolittle), Ezra Pound, D. H. Lawrence, Goethe, Safo, Swinburne,
Renée Vivien.
Traductoras: María Negroni, Mirta Rosenberg, Diana Bellesi, Natalia Carbajosa.
Diseño Gráfico: Juan Luis Sabattini.
Maria celia paniaugua
291 155 036 612
Bahia Blanca