jueves, marzo 18, 2010

Relatos de fiebres y llantos.

Abajo, como en la arena romana se disputan, una batalla cuerpo a cuerpo, toda clase de demonios rastreros, seres que una vez fueron hombres. Que sus tiranías y más bajos deseos llevaron a esa arena. Cual podría ser el objeto de esta lucha para mí que aun pertenecía al mundo de los mortales, decidí huir de esa extraña escena. Subí por las gradas hacia las tribunas, el público no era muy alentador, personas que en sus sueños o trances alcanzan lugares inestables del inframundo, como este.
Al final de la gradas recibí la cálida mano de los más altos demonios que arriba trasmutados en humanos observaban el espectáculo, esperando sin impacientarse, disfrutando boyeristas la destrucción de otros.
Al final trepe con dificultad el techo de ese estadio fantasmagórico. Descendí por la derecha sobre un eucaliptos que cortaron hace años, pero que aquí como todas las cosas y seres permanece, en no se que estado de vida o de muerte.
Caí por uno de sus lados, resbalando sobre las ramas, termine con una docena de hojas en mi mano.
Luego, camine hacia la cancha, en el viejo barrio Arrieta, alguien me vio, no se si mujer o varón, solo percibí como- por unos instantes- su piel se torno helada y blanquecina. Descubrí entonces que mi aspecto, después de los episodios antes relatados, no era el mejor. Aun así, continué…camine por veredas y calles, casi levitando. En mi mente inicie las oraciones hacia quien llaman madre los que viven en estos lares. Se que pedí por las cosechas, por la abundancia por esta selva, se que mis oraciones fueron oídas. Ahora también se que mi descenso a este mundo fue el precio de esa continuidad. La selva como toda región tiene sus mártires, quien nos escoge no lo se. Solo se que después de estos sucesos permanezco aquí, en estas arenas esperándote para la próxima batalla, el siguiente de nosotros…
Final
Relatos de fiebres y llantos.
Entresueños del autor.
gabriela canteros

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